La restauración de todas las cosas

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¿Qué es lo más imposible que se te puede ocurrir? ¿Regresar de la muerte? ¿Te quitó la guerra un ser amado? ¿Sufriste bajo la opresión de un mundo controlado por fuerzas que estaban más allá de tu poder? ¿Alguna vez deseaste morir, o quizás volver a abrazar a alguien que la muerte te quitó?

Pues esa fue la promesa que hizo Jesús a quienes pusieran su fe en su sacrificio: volver a ver a aquellos a quienes la muerte nos arrebató. Nos prometio ser felices, lo que significaba que nunca más sufriríamos por causa de la tristeza o la guerra. 

Y no solo fueron promesas. En varias ocasiones, de hecho devolvió la vida a quienes habían muerto. No los resucitó enviándolos al cielo. Los resucitó para que continuaran viviendo aquí en la tierra.  No fue un sueño. Realmente sucedió.

Pero hubo quienes no solo no creyeron, sino que dijeron que era un farsante, que todo eran montajes, y conspiraron para matarlo. (Juan 11:38-53) Pero pregúntate, ¿ quién quería ver muerta a toda la gente? ¿Dios o el Diablo? ¡El Diablo! Destruir siempre fue el pensamiento de Satanás. Él odia lo bueno y las cosas hermosas, y ha hecho sufrir a la humanidad para que todos odien a Dios. Incluso hizo todo lo posible por intimidar a Jesucristo. 

Pero Jesús no temía la muerte. Fue cauto al tratar con sus enemigos. Sabía que el Diablo estaba detrás de la conspiración que llevaría a su muerte de sacrificio. Pero ni Satanás ni la muerte tenían dominio sobre Jesús. (Juan 14:30; Romanos 6:9)

Aunque su Padre lo había facultado con poderes sobrehumanos, cuando llegó el momento de sacrificar su vida por la humanidad, Jesús permitió que lo arrestaran, enjuiciaran y condenaran a muerte. Fue un acto voluntario. Sabía que así tenía que ocurrir para poder regresar al cielo. (Daniel 9:26; Juan 10:17-18; 12:23-28)

La humanidad había descendido de los pecadores Adán y Eva, y habían condenado a muerte a todos. La única manera de rescatarlos o salvarlos era pagando el elevado precio que significaba. Jesús estuvo dispuesto a pagarlo. ¿En qué consistía? En no pecar y ser fiel a la verdad hasta en las peores condiciones. Y así ocurrió. 

Cuando sus enemigos lo sometieron a presión para que renegara de su integridad, se mantuvo firme en la verdad, lo cual le costó la vida. No estuvo dispuesto a transigir. Y no fue que Dios lo mandara matar, como han afirmado algunos, sino que tanto Jesús como su Padre sabían que las presiones del enemigo lo llevarían hasta el límite: la muerte. Y así ocurrió. Fue asesinado cobardemente.

Nosotros somos como un juguetito olvidado, oxidado y deteriorado. Pero el Padre tomó a su cargo una restauracion completa gracias al sacrificio de su Hijo Jesucristo. Eso hizo posible el establecimiento de su reino en el cielo, el cual llevaría a cabo su voluntad en la tierra. (Daniel 2:44; Mateo 6:9-10; Hechos de Apóstoles 3:21)

Si un simple hombre puede rescatar y restaurar un juguetito, ¡con cuánta más razón el Creador Todopoderoso del universo tiene la sabiduría y el poder para rescatar y restaurar a quienes se arrepienten sinceramente de sus pecados y ponen fe en Cristo!

Por eso, si piensas que llegaste a un punto en que crees que no vales nada, ya sea porque envejeciste, fuiste una mala persona o perdiste la motivación y los deseos de vivir, mira la figura de arriba y trata de meditar y reconocer el poder que tiene el Padre para rescatar y restaurar todas las cosas, ¡incluso devolver la vida a las personas que amas! 

Jesús no se resucitó a sí mismo. Al tiempo señalado, su Padre lo llamó y levantó a la vida, lo llevó al cielo y lo hizo rey, lejos de sus enemigos. Desde allí él volvería para juzgar a todos sobre la base de la justicia y la verdad. (Mateo 25:31-34; Hebreos 10:12-13)

¿Aprecias el sacrificio que hizo Jesús al permitir que lo arrestaran y condenaran a muerte? ¿Aprecias el sacrificio que hizo su Padre al permitir que le hicieran todo lo que le hicieron, a fin de pagar la deuda en la que incurrió nuestro padre Adán. (1 Corintios 15:45)

Si así es, entonces ¿qué crees que Jesús y su Padre esperan de ti? ¿Que te demores? No. Lo correcto sería obedecer y esforzarte por hacer tu parte en lo que tiene que ver con la restauracion de todas las cosas. 

La muerte no es un impedimento para Dios. Su promesa es que los muertos volverán a vivir, gracias al sacrificio de su amado hijo. Así que profundiza tu análisis de las Santas Escrituras. Tu fe en Cristo se cimentará, crecerá y dará fruto para la gloria del Padre.

Recuerda: Si un simple ser humano puede devolverle a un niño su juguetito totalmente restaurado, para Dios no hay nada imposible. El puede restaurar todas las cosas, incluso la vida de quienes murieron por culpa de los ataques de Satanás. Y todo lo hará al tiempo señalado mediante el reino del Hijo de su amor.
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