¿Es la fe todo lo que cuenta para salvarse?



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1 Pedro 1:8-9 dice que la meta de la fe es la salvación: "Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación". Y Jesucristo mismo dijo: "Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración". (Mateo 21.22) ¿Significa eso que la fe es todo lo que cuenta para salvarnos?

Si así fuera, no hubiera habido ninguna necesidad de mencionar otras importantes cualidades. Por ejemplo, al citar cierta profecía de Daniel, Jesucristo dijo: "Cuando vean en el lugar santo al horrible sacrilegio mencionado por el profeta Daniel (el lector entienda lo que digo),  los que estén en Judea huyan a las montañas." (Mateo 24:15-16) Aquí Jesús resalta la importancia de entender o discernir el asunto. No era cuestión de simplemente oírlo o leerlo, sino de entenderlo, interpretarlo y llegar a la conclusión correcta. Máxime si a Daniel se le había advertido: "Oh Daniel, haz secretas las palabras y sella el libro, hasta el tiempo del fin, en que muchos discurrirán, y el verdadero conocimiento se hará abundante”. (Daniel 12:4)

Por otro lado, Jesús fue muy claro al conectar la fe y la salvación con la firmeza: "Si se mantienen firmes, se salvarán." (Lucas 21:193) Quiso decir que si uno no se mantenía firme, no se salvaría. Aunque la firmeza era una cualidad que dependería de la fe, la fe se demostraría siendo firmes. La firmeza era tan importante como la fe. Lógicamente, no se refería a ser firmes o tercos para sostener una falsedad, sino firmes en cuanto a la verdad.

Además, el apóstol Pablo, maestro de la fe para las naciones, mencionó la salvación en conexión con la predicación. Porque dijo: "Con el corazón se cree para justificación, pero con la boca se confiesa para ser salvo". (Romanos 10:10; 1 Timoteo 2:7) Significaba que si uno ejercía fe con el corazón, no se salvaría si además no comunicaba las buenas nuevas a otros. La predicación del Reino sería componente de una marca que distinguiría a uno.

Y hay otras cualidades necesarias que deben ir de la mano con la fe. Es evidente que sin fe es imposible la salvación, pero sin esas otras cualidades esenciales, la salvación igualmente es imposible. (Hebreos 10:38) El amor es quizás la marca más importante: "El que afirma que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. El que ama a su hermano permanece en la luz, y no hay nada en su vida que lo haga tropezar. Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad y en ella vive, y no sabe a dónde va porque la oscuridad no lo deja ver". (1 Juan 2:9-11)
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