¿Resentido con Dios?

IR AL ÍNDICE
___




Nadie que haya observado con cuidado el desenvolvimiento de la historia universal puede negar que la Primera Guerra Mundial marcó el fin y el inicio de una era. Y nadie que haya sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial y haya entrado al siglo 21 puede negar que así fue. Y entre los muchos descubrimientos de la humanidad, nadie puede negar que la computadora fue la que disparó por todas partes el conocimiento, la experiencia, la inventiva, la motivación ¡y hasta la esperanza de ver un mundo mejor!

Conocimiento, porque hoy en día todos vuelven sus miradas a Internet cuando necesitan averiguar algo. Experiencia, porque las biografías inundan como ríos el camino de los grandes pensadores, que ven a sus mentores en los héroes del pasado. Inventiva, porque hasta la persona más simple puede conseguir información que la capacite para desarrollar ideas que a otros nunca se les hubieran ocurrido. Motivación, porque todo ese cúmulo de conocimientos y experiencias causaron sinergias que a su vez causaron sinergias aún más grandes y sirvieron como generadores de energía que potenciaron las baterías de quienes alguna vez se sintieron desalentados. Y esperanza, porque nunca antes se había diseminado tanto el mensaje de un mundo mejor.

Pero cuando uno toma asiento frente a su computadora y escribe un texto, ya sea para enviarlo por e-mail o para publicarlo en un sito web, nunca piensa en todo lo que hubo entre sus dedos y lo que se necesitó para descubrir la primera computadora. Creemos que la vida empezó con una chispa y que desde aquel comienzo llegamos muy lejos en el tiempo. Pero necesitamos que arqueólogos experimentados desentierren muchas capas de polvo para contarnos qué ocurrió con las civilizaciones que nos antecedieron. 

Por citar solamente un ejemplo, antes del siglo 20, diríamos que, poco a poco, la humanidad descubrió las matemáticas. Posteriormente, y casi cronológicamente, descubrió los algoritmos, los logaritmos, la calculadora, la informática analógica, la máquina de multiplicar y dividir, las máquinas lógicas, las tarjetas perforadas, el aritmómetro, las máquinas analíticas, la teoría informática y el comptómetro. Todo eso antes del siglo 20.

Entrando al siglo 20, y hasta nuestros días, se descubrió el tubo al vacío, el circuito multivibrador, el bit binario de almacenamiento y proceso de datos, la máquina diferencial, el lenguaje computacional, la computadora electromecánica de procesos complejos, la computadora programable y automática, la calculadora de ecuaciones lineales, el hipertexto, los transistores, los programas de almacenamiento y memoria, la IBM 650, los circuitos transistorizados, el circuito integrado, los lenguajes de computadora, los algoritmos de almacenamiento, la memoria virtual, la IBM 360, la lógica difusa, los sistemas operativos, las redes, la programación estructurada, los discos flexibles, los protocolos de comunicaciones, los cables de fibra óptica, los modelos de bases de datos, la memoria dinámica, el chip microprocesador, el correo electrónico, el protocolo de Internet, la IBM PC y el Word de Microsoft. En 1983 nació Internet, cuando el ARPANET de los militares fue liberado para uso de todos. ¿Y qué decir de toda clase de monitores e impresoras, el CD-ROM, el teléfono celular y los dispositivos móviles, etc.? Se necesitó todo eso para que uno tomara asiento cómodamente y tecleara un texto para enviarlo por Internet.

Por eso, nadie puede decir quién inventó la computadora. Porque en realidad se necesitaron innumerables sinergias causadas no solo por el hombre, sino por los animales. De hecho, el término "bug" (bicho) se refiere a un error o fallo en un programa de computadora o sistema de software que desencadena un resultado equivocado en un aparato mecánico, eléctrico y electrónico, y surgió a raíz de que una polilla causó muchos problemas al meterse en cierto sistema denominado Mark II.

Ahora bien, a un joven común y corriente no le interesan todos los descubrimientos previos a la invención de la computadora. Solo le interesa enviar un mensaje de texto a sus amigos a través de las redes sociales, ¡como si fuera tan simple! Sin embargo, ¿qué hace cuando usa mal su dedo y aparece un "bug" o mensaje de error? Aunque parezca de Ripley, hay quienes han arrojado su móvil contra una pared, destrozándolo. Felizmente, otros, más inteligentes, tomaron nota del mensaje de error, usaron su cerebro, asumieron su responsabilidad reconociendo que usaron mal sus dedos, rectificaron su error, presionaron la tecla correcta y continuaron con el proceso hasta conseguir los resultados deseados. Y si no hubieran sabido cómo resolver el problema, sin duda que le hubiesen preguntado a un amigo, resolviéndolo juntos. ¿Qué hubieras hecho tú? ¿Le hubieras echado la culpa a tu móvil, gritándole maldiciones? ¿Lo hubieras arrojado contra una pared, dándole la espalda y diciendo que, a partir de ese momento, has decidido creer que los equipos móviles no existen?

Una computadora es el resultado de miles de años de progreso en el campo tecnológico. Los conocimientos se multiplicaron y expandieron hasta dar como resultado el móvil que usamos todos los días para comunicarnos. No somos tan tontos de ponernos a pelear con una computadora, discutir con ella o maldecirla. ¿Acaso cuando uno tiene la culpa, ya sea por falta de conocimiento o de experiencia, o porque la compañía de telecomunicaciones interrumpe temporalmente el servicio de Internet, nos maldecirnos a nosotros mismos o a la compañía de telecomunicaciones? Eso no nos consolará ni nos hará mejores personas, ni restablecerá la comunicación. ¡Solo es cuestión de presionar la tecla correcta y/o de tener un poco de paciencia!

Existen protocolos que gobiernan y controlan las comunicaciones, desde el modo como presionamos los botones hasta los sofisticados sistemas satelitales. No tenemos absolutamente ningún poder que nos permita torcer una ley física, química, biológica o electrónica. Para descubrir o inventar cada uno de los aparatos o sistemas antes mencionados, hubo que respetar dichas leyes, adaptarse a ellas, seguir los procesos y dar con las soluciones.

¿Te imaginas a un paracaidista saltando de un avión y, por voluntad propia, decidir que no abrirá su paracaídas, y aún así pensar que no le pasará nada? No. Si alguien hace eso, terminará estrellándose y perdiendo la vida. La única manera como puede disfrutar de un descenso agradable es siguiendo las instrucciones de su instructor, el cual le explicó cómo funcionan ciertas leyes físicas relacionadas con el descenso. Es lo mismo con las computadoras. No podemos pelear con ellas ni resentirnos con ellas porque nosotros u otra persona metió mal el dedo y produjo un mensaje de error.

Si usamos mal nuestra computadora, arrojará mensajes de error y no efectuará los procesos que necesitamos. Si usamos mal un paracaídas, las leyes físicas que gobiernan la naturaleza nos pasarán la factura y pagaremos las consecuencias. No podemos culpar a la computadora ni al paracaídas, ni a los fabricantes de las computadoras ni a los fabricantes de los paracaídas.

Si un avión se estrella, se inician las investigaciones para saber si se debió a un error mecánico o humano. Si se debió a un error mecánico, no podemos echarle la culpa al piloto. No sería correcto guardarle resentimiento. Y si se debió a un error humano, no podemos echarle la culpa al fabricante. No sería correcto guardarle resentimiento al fabricante. Es así de simple. Las computadores, los paracaídas, los aviones, los automóviles y cualquier máquina que exista funciona siguiendo leyes físicas que son gobernadas por la naturaleza. No podemos ir contra la naturaleza.

Si alguien construye su casa sobre arena, no puede quejarse si se derrumba cuando viene una inundación. Si alguien no sigue los procesos autorizados al usar su computadora, no logrará que haga lo que necesita. Y si el ser humano utiliza la vida de una manera para la cual no fue diseñada, ¿qué sucederá? ¡Las cosas no resultarán como debieran!

Por lo tanto, ¿tiene uno razón al resentirse contra Dios si usa su vida de una manera para la cual no fue diseñada, o si usa su computadora de un modo para la cual no fue diseñada? No. Si uno quiere que su computadora realice las tareas adecuadamente, tiene que familiarizarse con las instrucciones del fabricante y seguir los procedimientos recomendados. Cualquier otro uso que se le dé, arrojará un bicho o mensaje de error y se plantará repitiendo mil veces el mensaje de error hasta que se presionen las teclas correctas. Ella no se molestará, no perderá la paciencia, no se resentirá. Simplemente cumplirá con la función para la cual fue diseñada: Arrojar un mensaje de error hasta que se presionen las teclas correctas. ¿Arrojaremos la computadora contra la pared? ¿La maldeciremos? Maldecirla solo demostrará nuestra frustración. Pero no mejorará nuestra situación en la vida.

Resentirnos con Dios porque alguien nos hizo daño, o porque nosotros mismos le dimos un mal uso a nuestra vida, no mejorará nuestra situación ni demostrará que somos más inteligentes que los demás. Tampoco resultará en que Dios anule, tuerza o cambie sus leyes para que las cosas sean diferentes. Una ley es una ley. La fuerza de gravedad seguirá siendo fuerza de gravedad, y los logaritmos seguirán siendo logaritmos, a pesar de nuestro resentimiento. De nada valdrá que gritemos: "¡Es que no es justo!". La justicia de Dios no es la justicia de los hombres. Los hombres son injustos, Dios no. Las leyes del hombre son las que están torcidas, no las de Dios. (Ezequiel 18:25-31)

La Biblia dice: "Dios te ha declarado lo que es bueno y te ha dicho lo que espera de ti: Practicar la justicia, tener misericordia, y humillarte ante Dios". (Miqueas 6:8) Eso significa que debemos estudiar la Biblia y aprender en qué consiste realmente la justicia de Dios y su misericordia, y qué significa verdaderamente humillarse ente Él.

Si vivimos la vida a nuestra manera, es decir, sin tener en cuenta la manera para la que Dios la creó, sin duda nos meteremos en muchos problemas, lo cual significará dolor tras dolor tras dolor. ¿Y luego nos resentiremos contra Él, cuando todo nos salga mal y suframos por ello? ¿Nos volveremos agnósticos, ateos o apóstatas, dándole una y otra vez a la tecla que nos envíe un mensaje de error? ¡Eso solo sobredimensionaría el problema!

Por lo tanto, en vez de resentirte cuando te salga un mensaje de error, por mucho que te duela, mira todo lo que hay entre tus dedos y los descubrimientos que llevaron a la invención de la computadora. No te resientas con ella porque no supiste utilizar bien los procesos recomendados por el fabricante.

Igualmente, en vez de resentirte cuando te salgan mal las cosas, por mucho que te duela, mira todo lo que hay entre los principios de la Biblia y la manera como has vivido tu vida. No te resientas contigo ni con nadie por haber ignorado cómo utilizar los procesos recomendados por tu Creador.

Nadie que haya observado con cuidado su propia historia en la vida puede negar que su adolescencia marcó el fin y el inicio de dos etapas muy importantes. Y nadie que haya sufrido, a veces por decisiones poco prudentes, otras porque a cualquiera le sobreviene lo imprevisible, puede negar que simplemente se cumplieron leyes naturales que regían a todos por igual

Si te llegaron tiempos de calamidad, ten presente que Dios no ha sido el culpable. De hecho, la humanidad en conjunto ha contribuido a ello por medio de desperdiciar mucho tiempo y energía promoviendo procesos equivocados mediante mucha de la la propaganda y la publicidad. Por decirlo así, sus mensajes de error se han amontonado hasta el cielo. ¿Qué más evidencia estamos esperando para reconocer las consecuencias? ¿No vemos que muchos de los políticos y líderes religiosos del mundo han fracasado rotundamente al tratar de administrar los recursos de la humanidad para guiarla, supuestamente, a un futuro mejor? En vez de eso han depredado la tierra y han llevado a todos al borde de un abismo. (Apocalipsis 18:4-5)

Así como hoy estamos viviendo en el futuro de aquellos remotos comienzos de la aritmética, que con el paso de los siglos dieron lugar a la computadora, estamos viviendo los últimos días de las consecuencias de la rebelión de nuestros primeros padres. Estamos viviendo en carne viva los efectos que se produjeron el día en que pisotearon las leyes de Dios, exigiendo derechos que no les correspondían. Pusieron a un lado la política, los protocolos y los principios morales de Dios y los reemplazaron con políticas, protocolos y códigos morales inventados que jamás funcionaron.

Por eso recibimos tantos mensajes de error cuando vemos las noticias. La humanidad ha seguido presionando las teclas incorrectas. Pero por increíble que parezca, nadie quiere dar su brazo a torcer. Todos insisten en salirse con la suya. Los poderes del mundo pugnan y no quieren llegar a acuerdos que garanticen una vida mejor. ¿Culparemos a Dios y nos resentiremos por Él por respetar el derecho de ellos a usar su libre albedrío?

¿Y qué hay de ti? ¿Has cultivado resentimiento hacia Dios por culpa de unos cuantos desadaptados que no usaron bien su computadora? ¿Quieres tener razón? ¿No sería apropiado alejarte de ellos y comenzar a darle a las teclas correctas para conseguir buenos resultados?
. . .