¿Existe una religión verdadera?
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¿Por qué no concuerda con la verdad la enseñanza de los tres reyes magos, según lo que se lee el evangelio de Mateo, capítulo 2, versículo 2? Muy simple. Porque ni allí ni en ningún otro libro de la Biblia se indica la cantidad de magos que visitaron a Jesús.
La gente adoptó la tradición y se acostumbró a pensar que fueron tres, y hasta les inventaron nombres. Pero lo que uno quiera creer no es suficiente base para la fe. ¿Por qué no decir la verdad y defender lo que se lee en las Escrituras, que simplemente visitaron a Jesús unos magos? ¿Es tan difícil decir la verdad? ¿Qué sentido tendría añadir algo que no está escrito y presentarlo como cierto?
Algo similar podemos decir de la manzana que comieron Adán y Eva. La Biblia no dice que fue una manzana. Sin embargo, todos dan por sentado que lo fue. ¿Y qué hay del famoso cuadro de la Última Cena? Casi todo hogar cristiano tiene uno. Pero Judas no estuvo presente en el momento en que Jesús bendijo el pan y el vino del pacto. Se había ido a traicionarlo. En el famoso cuadro deberíamos ver solamente once apóstoles. No menos podemos decir de la frase: "Hoy estarás conmigo en el paraíso". Jesús no pudo haber estado ese día en el paraíso ni en ningún otro lugar porque él mismo reiteró que estaría muerto tres días, y la Biblia afirma que permaneció en la tierra por espacio de unos cuarenta días con sus discípulos antes de ascender al cielo. Lo que Jesús dijo fue: "Estarás conmigo en el paraíso", lo cual sí armoniza perfectamente con sus promesas y con las profecías de la Biblia.
También suele decirse que el apóstol Pedro fue la piedra de fundamento sobre la cual Jesucristo edificaría su iglesia. Pero Pedro mismo afirmó que la piedra representó a Jesús, no a sí mismo, lo cual sí armoniza con las profecías acerca que quien sería la piedra de fundamento, el Mesías, Cristo Jesús. Y se dice que María Magdalena era una adúltera que se envolvió románticamente con Jesús. Pero lo único que la Biblia dice sobre la biografía de María Magdalena es que Jesús expulsó de ella siete demonios. En ningún lugar la liga con adulterio de clase alguna, tampoco dice su edad ni qué aspecto tenía. Bien pudo tratarse de una anciana ex hechicera. La Biblia no dice nada acerca de un romance con Jesús. Las mujeres adúlteras que se mencionan en conexión con los relatos bíblicos no están ligados a María Magdalena.
Se dice que Caín asesinó a Abel con una quijada de burro. Nada más falso. El que usó en cierta ocasión una quijada de burro para defenderse de sus enemigos fue el juez Sansón. Y se dice tradicionalmente que Judas murió ahorcado, pero el capítulo uno de Hechos de los Apóstoles deja entrever que aparentemente Judas intentó ahorcarse pero cayó de cabeza desde tan gran altura que sus vísceras quedaron desparramadas. ¿Y qué hay de la vida de Jesús entre los doce y los treinta años? Se dice que estuvo en Egipto aprendiendo de los esenios. Pero los esenios eran judíos, no egipcios. Además, Jesús mismo dijo que todo lo que enseñaba se basaba en las Escrituras, en lo que había aprendido de su Padre, no con base en doctrinas ni tradiciones humanas de ninguna clase.
Y también se dice que todos los caminos conducen a Dios, basado en el dicho popular: "Todos los caminos conducen a Roma". Jesús dijo que todos los caminos conducirían a Dios. Esa idea no tiene absolutamente ningún asidero en la Palabra de Dios. Jesús dijo que solo hay dos caminos, uno que lleva a una puerta angosta, y otro, que lleva a una puerta angosta. Es decir, uno que lleva a la vida, y otro, que lleva a la muerte. Y podemos seguir agrandando la lista de ideas torcidas que solo oscurecieron la verdad durante siglos ensalzando la tradición por encima de la Palabra de Dios.
Cierto lector nos dijo: "Un día me encontré casualmente con un amigo a quien no veía por cuarenta años y, entre otras cosas, me dijo que leía la Biblia y que había descubierto que solo hay una religión verdadera. Eso me sacudió porque he sido ecuménico desde mi juventud y siempre creí que todas las religiones conducían a Dios, que había que perdonar incluso el adulterio más despiadado y ver el lado positivo en todas las religiones."
Esas palabras, que provienen del corazón lleno de amor de una persona ecuménica que se mostró muy confundida, fueron interesantes para incluirlas en el presente artículo. Por eso, viene al caso aclarar primero que el movimiento ecuménico es uno que 'procura restaurar la unidad de las distintas confesiones religiosas denominadas cristianas, que en algún momento [poco después de la muerte del último de los apóstoles] se separaron por diferencias en cuanto a doctrina, historia, o forma de llevar a la práctica las enseñanzas de Jesucristo'.
En diferentes noticias y documentales del mundo se han dado a conocer los graves enfrentamientos entre sacerdotes cristianos en Jerusalén, y se ha sabido de sangrientos enfrentamientos entre diferentes facciones de otras religiones del mundo por toda suerte de motivo. A mediados de 2014, apareció la noticia de que religiosos que detestaban a gente de otras creencias iniciaron la práctica de degollar y decapitar a todo aquel que no perteneciera a su religión, y dieron la orden de que todos sus correligionarios los imitaran en todas partes del mundo. ¿Qué pensará Jesús acerca de degollar a alguien, si censuró severamente a Pedro cuando este tan solo cercenó impulsivamente la oreja al servidor del sumo sacerdote la noche que fue traicionado? Definitivamente, Jesús se oponía al derramamiento de sangre.
Por eso la pregunta es: Si así se comportan líderes religiosos, ¿qué les queda a quienes no han llegado a comprometerse al grado de servir en los templos? A fines del año mencionado multitudes arremetieron contra las autoridades y contra los negocios de cierta ciudad, incendiando y saqueando todo a su paso por no estar de acuerdo con un fallo de la Corte. Pasado el fragor de los enfrentamientos, muchos fueron a la Iglesia para rezar y recibir el perdón de sus pastores. ¡Y no es un secreto que algunos países del Oriente Medio y Asia del Sur, lugares donde se practica la oración ferviente y la meditación trascendental, almacenan bombas atómicas en sus arsenales de guerra!
Si el ecumenismo realmente hubiese funcionado, ¿no serían los guías religiosos los primeros en haber logrado la paz y la unidad? ¡Por supuesto! Sin embargo, en muchas ocasiones ellos mismos han sido los que han animado a sus feligreses a salir y destruir a los de otras religiones. ¿Debería uno seguir siendo miembro de una religión que, de un modo u otro, enseña doctrinas que tienen el potencial de promover la destrucción del prójimo? Jesús dijo: "Ama a tu prójimo", no "destruye a tu prójimo".
Pensar en que se puede lograr la unidad manteniendo doctrinas y tradiciones que no tienen ningún asidero en la verdad, es lo mismo que soñar una pesadilla de la que nunca se despertará. El ecumenismo no ha funcionado sencillamente porque la gente en su mayoría no ha querido dar su brazo a torcer. Hasta los más tolerantes se han vuelto intolerantes cuando ha llegado el momento de actuar. ¿Degollando a inocentes en nombre de la religión se promueve la paz mundial? ¿No sería más bien amándonos unos a otros? Pues ese es el mensaje que hemos recibido desde el principio: "No imitar a Caín, que provino del Maligno y mató a su hermano". Y ¿por qué lo mató? Porque su hermano hacía el bien." (1 Juan 3:11-12)
Si no existiese una sola religión verdadera, Jesucristo jamás hubiera dicho: "Llegará la hora, y ya llegó, en que los adoradores verdaderos servirán al Padre con espíritu y en verdad. Porque así es como el Padre quiere ser adorado. Dios es un espíritu, y quienes lo adoran deben adorarlo en armonía con el espíritu y la verdad". (Juan 4:23-24) Hablar de una religión verdadera lleva implícita la afirmación de que existe una religión que no es verdadera.
Las páginas de la Biblia son clara en ese sentido desde el principio de los tiempos. En el paraíso original Dios puso ante el hombre dos opciones: Lo bueno y lo malo. Y posteriormente, cuando bajó del monte Sinaí con las tablas de los Diez Mandamientos y vio que el pueblo estaba desenfrenado, Moisés exclamó: "¡Todo el que esté de parte de Dios, que venga a mi lado." Y se le unieron todos los levitas. (Éxodo 32:25-26)
Más tarde, el profeta Elías propuso al pueblo de Israel: "¿Hasta cuándo van a andar indecisos? Si el Señor es el Dios verdadero, síganlo a él. Pero Baal lo es, síganlo a él". En otras palabras, ¡decídanse a quien quieren servir, al Dios verdadero o a la falsedad! Y la Biblia se mantiene coherente en ese punto. En ningún lugar da pie al ecumenismo. La corriente ecuménica no tiene asidero en la Biblia. Por lo contrario, vez tras vez insta a uno a decidirse por el camino de la verdad.
Jesús dio énfasis al camino de la verdad cuando se mantuvo firme ante Pilato. No procuró zafarse del problema diciéndole que no se preocupe, que todos los caminos tienen algo de verdad, y que no importa por cuál camino uno decida ir, está bien desde el punto de vista de Dios. Todo lo contrario, fue claro al decir que su reino vendría, y que todo el que estaba de parte de la verdad escucharía su voz. (Juan 18:36-37)
Puede que la cantidad de magos que visitaron a Jesús no sea un conocimiento verdaderamente relevante para edificar la fe. Pero cuando se tuercen las Escrituras, no importa si se trata de algo pequeño o grande. Jesús dijo: "El que es honesto en lo poco, también lo es en lo mucho; y el que es infiel en lo poco, también lo es en lo mucho." (Lucas 16:10)
Por lo tanto, Jesús no fue ecuménico ni tampoco debiera serlo un cristiano que defiende la verdad del reino de Dios. Por lo contrario, debe indicar sin medias tintas que solo hay un camino, una sola verdad y una sola manera de entrar en la vida eterna: La que indicó Jesús: Siguiendo su ejemplo: Enseñando solamente la verdad.