La paja y la viga



ÍNDICE



Mateo 7:1-5 dice: ‘No critiquéis, para que no seáis criticados. Porque con la crítica con que criticáis, seréis criticados, y con la medida con que medís, se os medirá. ¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano, y no ves mejor la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dices a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, cuando hay una viga en tu propio ojo? ¡Hipócrita! Remueve primero la viga que hay en tu propio ojo, y entonces verás cómo sacar la paja del ojo de tu hermano’.

Comúnmente, este pasaje se usa para explicar que uno no debería criticar a otras personas, porque muy probablemente sus propios defectos son más grandes que los de ellas. Es una manera excelente de aplicarlo. Pero aparentemente Jesús estaba tratando de explicar algo más profundo. Para entenderlo mejor, tengamos en cuenta que cuando la Biblia usa al ojo como un símbolo, se refiere al discernimiento, especialmente el espiritual. La paja o la viga en el ojo representarían ciertas dificultades que empañan o dificultan la visión, es decir, el discernimiento.

Por lo tanto, la paja representaría un pequeño error de juicio, o algún defecto pequeño de la personalidad, o algún pequeño error cometido, mientras que la viga representaría una grave falta de visión o percepción espiritual para juzgar o criticar los asuntos debidamente.

Jesucristo estaría explicando, en otras palabras, algo así como esto: ‘‘No critiques, para que no seas criticado. Porque con la crítica con que criticas, serás criticado, y con la medida con que mides a otros, se te medirá en cambio. ¿Por qué criticas un pequeño error de juicio de tu hermano, pero no tomas en cuenta los crasos errores de juicio que cometes tú? ¿O cómo dices a tu hermano: Permíteme ayudarte a aprender a sacar mejores conclusiones, cuando tu discernimiento está totalmente equivocado? ¡Hipócrita! Primero desarrolla el discernimiento necesario para analizar las cosas con justicia y equilibrio, y entonces entenderás mejor cómo ayudar a tu hermano a sacar mejores conclusiones’.

Lo que está tratando de decir es que un juez justo no se detiene en nimiedades, sino que se concentra en asuntos de más peso, o sea, lo que realmente requiere un juicio justo. Detenerse a criticar pequeñeces no es solo una pérdida de tiempo, sino una exhibición de falta de juicio que puede descalificar a uno de merecer el título de juez.

‘Porque Dios es mi testigo de cómo los amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo. Y pido esto en mis oraciones, que vuestro amor abunde más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de fruto de la justicia que es por medio de Jesucristo para la gloria y alabanza de Dios. (Filipenses 1:8-11; 1 Tesalonicenses 5:21)

ÍNDICE
. . .