Solenopsis ¿Invicta?

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Según la Biblia, una de las cosas más importantes es adquirir sabiduría y discernimiento. (Proverbios 4:7) Pero también es clara al advertir que los cristianos deben mantenerse alerta ante la pseudosabiduría, es decir una sabiduría falsa o aparente. (Jeremias 8:9; 1 Corintios 3:19; Santiago 3:15) Podemos ilustrarlo de la siguiente manera.

Si investigas un poco en Internet acerca de la vida de la Solenopsis Invicta, la peligrosa variedad de hormiga "roja" o "de fuego, averiguarás algo más interesante acerca de lo bien organizadas y mortales que son. Recibe el apellido de Invicta porque "invicta" significa "invencible.

¿Y por qué mencionar a las hormigas en conexión con la sabiduría y el entendimiento? Porque aunque los insectos no razonan como los seres humanos, la Biblia las considera en muchos sentidos 'más sabias que los sabios'. Dios las programó con una eficiencia instintiva. El sabio rey Salomón recomendaba observar a las hormigas para adquirir sabiduría. (Proverbios 30:24-25)

Pero, pesar de lo extraordinarias que son, tienen limitaciones y forman parte de un sistema ecológico que responde a leyes naturales que ellas siguen y respetan por instinto, gracias a lo cual se supone que deberían armonizar perfectamente con el ecosistema de las tierras donde son nativas, según su variedad. 

Lamentablemente, durante los pasados siglos la humanidad ha estado trastornando y depredando de muchas maneras el ecosistema planetario. La población de Invictas ha invadido diferentes partes del mundo debido a que el hombre las ha transportado inadvertidamente a esos lugares, convirtiéndolas en una amenaza. ¡La Invicta se reproduce a razón de 9 millones cada 24 horas!

¿Son realmente una amenaza?

No tenían por qué convertirse en una amenaza. No fueron creadas para destruir a la humanidad, sino para contribuir con el ecosistema. A medida que se las estudia, se descubren más razones para afirmar que son esenciales para el ciclo de la vida. 

Por ilustrarlo, la energía electromagnética no es una amenaza, pero su mal uso puede generar hipersensibilidad electromagnética y hacerles la vida insufrible a muchos seres humanos. La sal, los carbohidratos, los azúcares, las grasas, los lácteos y el agua son excelentes, pero su consumo excesivo podría dañar nuestra salud. Por lo mismo, las hormigas son vitales, pero si las sacamos de su hábitat o las reprimimos de manera inapropiada, crearemos un serio problema, y eso ha sucedido.

De hecho, la Biblia dice que observando a las hormigas uno puede hacerse sabio. ¿En qué sentido? Son fuertes, altamente organizadas y se dividen en grupos para realizar tareas específicas de maneras muy eficientes. No holgazanean. Cultivan su alimento. Trabajan muy rápido y en equipo. Aunque se movilizan por millones no tienen problemas de tránsito. Descansan lo necesario. Se cuidan unas a otras. Defienden sus hormigueros y hasta sacrifican sus vidas por el bien de sus compañeras. 

Lo más interesante es que no tienen un líder. No necesitan un líder ni un director de orquesta, supervisor, jefe, chef o gerente que les diga lo que tienen que hacer. Nadie les pide una hoja de vida para saber si son competentes. No firman documentos. No necesitan un contrato de trabajo. No necesitan abogados ni médicos ni contadores. No pagan impuestos. No necesitan distanciamiento social, vacunarse, usar mascarillas ni lavarse las manos a cada rato.

Desde que nacen son eficientes en su campo. Cada una se ubica en su posición y procede puntualmente con su labor, manteniéndose alerta durante toda su vida sin pedir vacaciones ni hacer huelga. ¡Son increíbles!

Los cristianos del primer siglo resultaron así de organizados. Y tenían que serlo. De otro modo no hubieran concluido la colosal labor que Jesús les encargó, de predicar y hacer discípulos hasta la zona más lejana de la tierra. (Colosenses 1:23) Y tendrían que hacerlo todo gratis. A diferencia de los israelitas, sostenían su obra con donativos, no con diezmos. Porque confiaban en que Dios les proveería lo necesario para cada día. (Mateo 10:8-9; Hechos de Apóstoles 1:8; 20:35)

Pero la Palabra de Dios también les advirtió que surgiría una sabiduría apóstata, diabólica, contra la cual debían permanecer vigilantes en sentido espiritual. Tendrían que enfrentar a enemigos formidables, tanto de las regiones visibles como invisibles. (Santiago 3:15) 

Y así como las hormigas son celosas defensoras de sus hormigueros, los cristianos estaban llamados a ser celosos defensores de la verdad y de la santificación del nombre de Dios. (Mateo 6:9-10)

Por un lado, debían proclamar su fe, pero por otro, mantenerse alerta contra cualquiera que pretendiera enseñar conceptos contradictorios o errados dentro de las iglesias. Y en ese sentido, Jesús, como el enviado más honorable de parte del Padre, fue un ejemplo sobresaliente. No se defendió con arco ni con espada, ni con guerra, ni caballos ni jinetes, sino con la verdad que procedía de las Escrituras. (Juan 16:27; 17:8) 

En contraste, el libro del profeta Ezequiel menciona a alguien que se consideró un modelo de perfección, lleno de sabiduría y hermosura desde el día en que fue creado, a quien se honró como querubín protector. (Ezequiel 28:13-17) Pero, aunque su conducta fue irreprochable, lamentablemente su esplendor y hermosura lo envanecieron, y el orgullo lo dejó en ridículo al pretender igualarse a Dios. 

Debido al orgullo, su sabiduría se corrompió. Comenzó a causar desorden, división, enfrentamientos y tropiezos en el cielo. Tuvo que ser expulsado de la presencia de Dios, y se le retiró el título de querubín protector. Más que eso, previo proceso legal, llegaría a un final terrible: Su propio proceder lo despojaría de la dádiva o regalo de la vida. (Juan 16:11; Romanos 6:23)

La sabiduría se puede corromper

De modo que la sabiduría se puede corromper si uno no se mantiene alerta contra el orgullo, al egotismo, el resentimiento y a las artimañas de quienes hacen a un lado la verdad a fin de sostener sus tradiciones y supersticiones para sacar provecho egoísta. (2 Corintios 2:11)

Las hormigas son fuertes, altamente eficientes y organizadas. De hecho, esta variedad en particular, la Solenopsis Invicta, se considera 'invencible'. Pero hay una mosquita, llamada Pseudacteon Curvatus [o Cultellatus[, tres veces más pequeña, de tal solo 1 mm de largo, que es su depredador, y tiene una estrategia siniestra. 

Esta mosquita tiene una especie de espolón en la parte posterior de su cuerpo, un ovipositor [depositador de huevos]. Basta un pequeño descuido de la hormiga para que la mosquita vuele y, en un instante, se sitúe estratégicamente sobre su espalda, clavándole el ovipositor certeramente en la articulación del hombro, y le inyecta un huevo de Pseudacteon.

A partir de ese punto, la hormiga Solenopsis ya no puede hacer nada por librarse. El huevo de la mosca crece en su interior y se convierte en una larva que avanza lentamente por dentro, camino al cerebro. Al llegar al cerebro toma el control total de la hormiga, convirtiéndola en un zombie, y poco a poco se come su cerebro. Finalmente, completa su metamorfosis y la decapita, emergiendo como una nueva y triunfante recién nacida mosca de la variedad Pseudacteon Curvatus. ¡Espeluznante!

¿Qué aprendemos?

Aprendemos que aunque la hormiga la supera tres veces en peso, tamaño y reputación, esta mosquita no pierde el tiempo. Le inocula un huevo que eclosiona en su interior. La larva crece, deja zombie a la hormiga, se nutre de su cerebro y luego la decapita, remontando en vuelo.

Aparte de otras cosas, esto ilustra que no importa cuán leal, fuerte y eficiente se crea un cristiano, ni cuánta fe crea tener, debe mantenerse alerta y asegurarse de que está aprendiendo y practicando la verdad, no una doctrina que ha sido deformada con preceptos y conceptos que el enemigo de Dios ha difundido por todas partes, doctrinas que carecen de apoyo en la Biblia.

Algunos se bautizan y, a partir de entonces, se creen inmunes e impunes, que pueden hacer cualquier cosa y jamás perderán la aprobación de Dios. Pero ¿es así de simple?

¿Jesucristo es Hijo de Dios o no? ¿La Biblia es la Palabra de Dios o no? ¿Los cristianos aman a sus enemigos o no? ¿Obedecemos a Dios o no? ¿Creemos que es justo o no? ¿Las profecías de la Biblia se cumplen o no? ¿Dios creó los cielos y la tierra o no? ¿Descendemos del mono o no? ¿Tenemos libre albedrío o no? ¿Será destruida la tierra o no? ¿Dios nos mandó la Pandemia o no? ¿María Magdalena fue amante de Jesús o no? ¿Todos los caminos llevan a la salvación o no? El tema que sea. La verdad es capaz de enfrentar cualquier evaluación pragmática, y siempre saldrá invicta.

Pero el ser humano no es invicto. Aunque sea fuerte y altamente eficiente, o se haya ganado una reputación irreprochable durante mucho tiempo, o se haya convertido en miembro de una gran organización, ¿acaso no podría envanecerse? ¿No podría el orgullo invadir su mente y corazón como la picadura y el huevo de una Pseudacteon Curvatus, y terminar decapitado en sentido espiritual? 

Eso le pasó a Judas, que anduvo con Jesús de arriba abajo. Jesús lo había elegido bajo oración y lo había entrenado. Judas puso fe en Jesús y predicó el evangelio. Todos habían depositado su confianza en él. Sin embargo, se volvió traidor y Satanás entró en él.

¿Cómo terminó? Cayó de cabeza, reventó por en medio y sus intestinos se desparramaron. Triste final para alguien que fue contado como uno de los doce apóstoles. (Juan 13:27; Hechos de Apóstoles 1:17-18)

La mosquita Pseudacteon es tan pequeña, rápida, astuta y eficiente en su estrategia para clavarle el ovipositor e inocular sus huevos en la hormiga Solenopsis, que no se deja intimidar por su enorme tamaño. Su larva realiza el resto del trabajo por dentro de la hormiga y termina comiéndose su cerebro y decapitándola.

De hecho, en las zonas de la tierra en que la Solenopsis ha invadido territorios de un modo descontrolado, los científicos han introducido a la eficiente Pseudacteon Curvatus para reducir de manera ecológica su avance. ¡Todas sus víctimas terminan sin cabeza!

No subestimar al enemigo

El caso de estos dos insectos sirve para ilustrar la importancia de nunca subestimar al enemigo. Ningún cristiano debe considerarse inmune, impune, superior ni mucho menos invencible. Cada día es una batalla ganada o perdida. De hecho, el apóstol Pablo explicó que no se trataba de una guerra física, sino espiritual, contra enemigos invisibles. (Efesios 6:12; 2 Corintios 10:4-6)

El pasaje de Ezequiel 28:13-17 es muy claro y contiene una gran verdad: La sabiduría puede corromperse, la espiritualidad puede debilitarse y la salvación y la vida eterna pueden perderse si uno no es humilde, se arrepiente y cambia. (Proverbios 28:13) 

La verdad es que Dios podría expulsar de su presencia a la persona vanidosa, orgullosa y altiva, a pesar de que antes hubiera sido considerada como un querubín. Así es. Un proceder equivocado podría escalar y llevar de mal en peor hasta la sentencia máxima en el tribunal de Dios: dejar de existir. (Romanos 6:23; 1 Juan 3:15)

La Biblia es tan amplia y la desinformación se ha extendido tanto por el mundo que, sin ayuda, cualquiera no distinguiría fácilmente la verdad de la falsedad, la realidad de la fantasía, la luz espiritual de la oscuridad espiritual, el día de la noche, la sobriedad de la borrachera ni la Palabra de Dios de la Palabra del hombre. 

Las Escrituras afirman que alguien podría estar haciendo algo que cree que está bien cuando en realidad está mal; o pensar que está haciendo mal cuando en realidad está haciendo bien. Y habla de la posibilidad que las personas lleguen a estar tan confundidas que parezca que no distinguen entre su mano izquierda y su mano derecha. (Isaías 5:20; Jonás 4:11)

Entonces, ¿cómo hacer?

La única manera de impedir que los enemigos de la verdad tomen el control de la mente y corazón de un cristiano consiste en que estudie la Biblia en serio y se esfuerce por obtener la perspectiva correcta. Entonces, de su corazón brotará una fuente de agua espiritual limpia que impartirá vida eterna. (Juan 4:14)

Por lo contrario, si un cristiano fiel no impide que los enemigos de la verdad tomen el control de su mente y corazón mediante ideas que tuercen las Santas Escrituras, valiéndose de tradiciones, medias verdades, interpretaciones no corroboradas, fuentes poco confiables, información sesgada, arranques emotivos, teorías conspirativas, noticias sensacionalistas o presión social, podría perder su relación con Dios y su sincronía con la verdad. ¡Podria quedar fuera de combate! (Mateo 12:43-45)

Para los cristianos, la Biblia contiene la verdad, y Jesucristo es el mayor profeta, el pastor excelente, su único líder, el Hijo de Dios, el enviado, el mensajero principal, el representante de su Padre, el testigo fiel, el camino, la verdad y la vida. (Deuteronomio 18:14-15; Juan 8:23; 10:36; 17:17; Mateo 23:10) 

Pero en el mundo medran quienes sacan partido de la ignorancia y la desinformación. Diseminan e incuban confusión, desviando el enfoque del propósito de Dios. Rompen la unidad de rebaño y, a sabiendas o no, cumplen con los designios del enemigo de Dios. (Juan 5:43; 2 Cor 11:3-4; 2 Timoteo 3:13)

Aunque la hormiga de fuego Solenopsis Invicta es increíblemente eficiente y fuerte y tiene fama de ser muy territorial, invasiva e invencible, la diminuta y aparentemente inofensiva mosquita Pseudacteon Curvatus termina montándose en su espalda y le inocula un huevo en el hombro, huevo que se transforma en una larva. La hormiga queda zombie y la mosquita le devora el cerebro. Y como si fuera poco, la decapita. ¡Qué final para la famosa Solenopsis Invicta!

Por eso, los cristianos se mantienen en guardia con sus brújulas señalando a un solo objetivo y con un mismo espíritu: Santificar el nombre del Padre. (Mateo 6:9-10) Fortalecen su fe en Jesucristo, el Hijo de Dios. Cierran filas y comunican la verdad de la Biblia a quienes desean prestar atención. (Hechos 1:14; 1 Timoteo 4:16; Apocalipsis 1:3)

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