El texto de Romanos 12:2 es un estímulo para tener éxito en los esfuerzos por rectificar cualquier camino equivocado que uno hubiera seguido en el pasado y se levante si durante el proceso le saliera al paso un tropiezo semejante a montaña, que a veces podría parecer aplastante.
En Romanos 12:2 el apóstol Pablo utiliza como idea central la metamorfosis, un concepto relacionado con la naturaleza de las mariposas y otros seres vivos para ayudar a los cristianos a obtener una perspectiva realista de sus esfuerzos en el proceso de estudio de la Biblia. El paso-a-paso que siguen las mariposas desde que nacen hasta que se remontan por el aire es tan similar que es como si Dios nos susurrara al oído: "Sigue adelante. Así es el proceso".
Primero la madre mariposa pone sus huevos y los fija sobre una hoja que posteriormente les servirá de alimento. Son tan pequeños que casi no se los ve a simple vista. Parecen indefensos y vulnerables, pero después, poco a poco, siguen creciendo hasta transformarse completamente. ¿Cómo lo logran?
Siguen instrucciones específicas preprogramadas en su ADN, al igual que todas las criaturas, para que funcionen eficientemente y en armonía para lo que fueron diseñadas. Ocurre con las diminutas bacterias hasta con las enormes ballenas.
Observa atentamente el vuelo vertiginoso de una mosca, la complicada y perfecta organización de las hormigas o el silencioso sistema hidráulico que transporta agua y otros nutrientes desde el subsuelo hasta la más pequeña hoja en lo alto de un igantesco árbol. ¿No te rindes ante la extraordinaria sabiduría de tu Creador?
La ciencia calcula que, sumadas una tras otra, en el cuerpo humano adulto hay más de 60.000 millas de venas, arterias y vasos sanguíneos. Piensa en esto: ¿Cuánto tiempo te tomaría viajar 60.000 millas a pie, en automóvil o avión? Para darte una idea, desde Alaska hasta la Chile solo hay unas 9.000 millas. La sangre en nuestro cuerpo cubre la enorme distancia de 60.000 millas en tan solo 20 segundos, o sea, 3 veces el circuito completo en 1 minuto, ¡y lo hace durante 70 u 80 años sin parar! Y no solo da tres vueltas. En su recorrido transporta nutrientes, recoge desperdicios, sella heridas, combate invasores, potencia los músculos y realiza incontables tareas logísticas
Comparar un robot, una obra del hombre, con la eficiencia biológica de un bebe de dos años es suficiente para reconocer la superioridad de la sabiduría y el poder de Dios. Lamentablemente, para aceptarlo necesitamos que las nefastas consecuencias de nuestras acciones nos estrellen contra la realidad. ¿Puede alguien negar que este mundo es un desastre debido a las pésimas decisiones que sus gobernantes han tomado a través de los siglos?
Claro, los seres humanos también han hecho cosas muy buenas, pero no tanto como para detener el inexorable avance de sus malas acciones. ¡Es como un tsunami en comparación! Y no solamente aquellos gobernantes lo han echado todo a perder, sino las crecientes masas humanas que vez tras vez se han rebelado de puro descontento.
En todos los niveles y campos se observan metidas de pata catastróficas. Hasta los más extraordinarios científicos del mundo podrian descubrir una vacuna, el día siguiente se la inyectan a millones de personas y después anuncian que no resultó tan eficiente como pensaron. Mientras tanto, unos pocos se enriquecieron, otros fallecieron, y aún otros, perdieron la confianza en el sistema.
No hay vuelta que darle. El desastre que la humanidad ha cosechado a través de los siglos ya no puede ser revertido. Hemos traspasado el punto de no retorno. El bote de la terquedad se ha acercado demasiado a la catarata de sus consecuencias. El Titanic de la gobernación humana se ha quebrado en dos y no queda mucho tiempo para saltar a los botes salvavidas.
Solo queda una opción: que un súper sabio encuentre la solución definitiva a todos nuestros problemas y ostente el poder para ponerla en práctica de manera que todos se pongan de acuerdo y nadie se rebele. En pocas palabras, que ponga fin al conflicto y deshaga todo el daño que se ha ocasionado, lo cual implicaría destruir los cimientos del sistema, que son los razonamientos equivocados que llevan a decisiones imprudentes.
Los expertos en comportamiento reconocen que nadie puede mejorar si no acepta su responsabilidad y no se resuelve a evitar aquello que en principio lo llevó a tomar un curso equivocado. Muchos se esfuerzan por ayudar a sus clientes a liberarse de sus temores y traumas, pero al mismo tiempo les dicen que todo es relativo y que el cielo es el límite. No en vano Jesús enfatizó que la libertad resulta de conocer y practicar La Verdad.
Aunque se dice que la realidad no es otra cosa que la manera como cada uno la percibe, y que el libre albedrío no existe realmente, una cosa es palpable: el pragmatismo. Podemos ver y palpar los efectos finales de miles de años de haber estado rebelándonos contra el Creador, al grado de tratar de meterlo bajo la alfombra, diciendo que no existe.
Por eso tenemos a mano la Biblia y el mensaje del Reino de Jesucristo para animarnos a ver las maravillosas consecuencias que resultan de tomar decisiones prudentes y de andar en el camino de los buenos, y las que resultan de las trágicas consecuencias de andar en el camino de los malos mediante tomar decisiones imprudentes.
Dios es franco y pone delante de todos la vida y la muerte. De nosotros depende tomar decisiones adecuadas o inadecuadas. Saldremos ganando si optamos por ponernos de su parte y beneficiarnos de una vida con significado ahora, además de la esperanza de vivir para siempre en paz y seguridad. Eso será después de que Él intervenga con el Reino de Cristo para deshacer el daño causado por Satanás y eliminar todo el desastre que ha resultado de la pésima gobernación del hombre.
Estudiar la Biblia te pondrá en vías de recuperarte de todo el daño que este mundo te ha causado con su mala influencia. Él te ayudará mediante la Biblia y su espíritu en el proceso de transformación. Poco a poco verás los buenos efectos de haber tomado la buena decisión de comenzar a hacer las cosas a su manera, no a la tuya.
El diseñador del ADN te invita a hacerle caso y ponerte de su lado antes del juicio final. Este mundo no tiene los fondos para compensarte por todo el daño que le ha causado a tu vida con su mala influencia. Las contradictorias filosofías del mundo no merecen que nadie las defienda ni trate de justificarlas.
Jesús es el camino que lleva al Padre. No hay otro. Andar por él significa disfrutar de todo lo que él ha prometido para los que lo aman y para los que se esfuerzan por hacer su voluntad. Y no te preocupes. Mientras pongas de tu parte y te esfuerces, Dios mismo completará tu metamorfosis espiritual. Poco a poco lo entenderás (Juan 13:7).